miércoles, 14 de mayo de 2008

La concepción del espacio en la obra de George Rousse

George Rousse, es un artista francés iniciado en la fotografía, pero a lo largo de su carrera artística, ha sabido darle un nuevo sentido a esta herramienta, ya que en su obra va muy ligada a su particular concepción del espacio, y a sus intervenciones. Su tarea se centra en la búsqueda incansable del espacio idóneo en donde plasmar su obra, una arquitectura y un espacio específico para cada una de sus piezas. Concibe el espacio como un gran lienzo en el cual realiza sus intervenciones pictóricas conceptuales, transformándolo y reinventándolo de una forma muy particular. 


En cuanto a la elección del espacio para sus creaciones, tiene cierta predilección por construcciones arquitectónicas abandonadas, en ruinas, o en desuso, tales como mataderos, hospitales abandonados, parkings, castillos, o edificios y naves industriales, transformándolos in situ y reinventandolos finalmente en soporte fotográfico. Su fuente de inspiración a la hora de enfrentarse a cada nuevo proyecto, viene determinada por el espacio en si mismo, su morfología y el efecto lumínico son determinantes para la realización de sus piezas. La energía que desprenden las distintas arquitecturas, la historia que guardan sus muros, las formas puras, el equilibrio estructural... son elementos fundamentales que convierten a las estructuras en protagonistas absolutas, en principio y fin de su arte y la fotografía, al fin y al cabo, es una herramienta que permite la permanencia en el tiempo de su obra.


Su trabajo se puede dividir en dos fases en cada una de sus piezas, una primera intervención en el espacio tridimensional, el cual deconstruye a través de la pintura y/o la instalación, y una segunda fase en la cual reconstruye ese espacio deconstruido en un plano bidimensional, a través de la fotografia. Pero este proceso no puede ser concebido por separado, sino que se plantea como un todo, ya que la deconstrucción en el espacio esta basado en la posterior reconstrucción a través de la lente, consiguiendo de esta forma crear ilusiones ópticas casi inimaginables de un espacio modificado, inexistente y efímero, que desaparecerá fuera de los focos. 


Todo este juego plantea una serie de reflexiones sobre la apropiación de un espacio abandonado, y de como puede ser transformado y reinterpretado, para llenarlo de nuevo de significación. Siguiendo la idea de que todo espacio abandonado en una ciudad es marginalizado, el artista lo encuentra y planea volver allí para revivirlo con su obra. Una acción que el propio Rousse considera de mucha poesía y espiritualidad.


Además, es importante decir que su obra, habitualmente se muestra con la fotografía final, como obra y como registro de esa interveción-reinterpretación espacial, ya que que como hemos dicho anteriormente, acostumbra a crear sus piezas en lugares abandonados, quedando así fuera del espacio de arte institucional: la galería o el museo. Esto es interesante destacarlo, pues a opinión personal me parece que le da más valor a su obra, pues finalmente solo muestra la reconstrucción de la deconstrucción espacial, creando en el espectador una confusión tal que no puede dejar de observar esa ilusión óptica representada, intentando descubrir una y otra vez cual es el "truco" de la imagen y de la composición, pues muchas de sus obras parecen tan irreales, tan complejas y a la vez tan perfectas en su realización, que parecen simplemente montajes fotográficos. Rousse busca en su discurso artístico recomponer una realidad aparentemente desordenada, que toma forma bajo un único punto de vista. A través de la lente procesa el desorden inexistente en la tercera dimensión arquitectónica trasladándolo al orden aparente de la bidimensionalidad fotográfica.


Todas estas ideas, abren todavía reflexiones más profundas que las que mencionábamos anteriormente, más cercanas a la propia filosofía que al arte y el espacio, ya que la realidad que nos muestra solo es existente desde ese punto exacto en donde se realiza la fotografía, por tanto ¿cual es la realidad o la verdad que nos muestra?, ¿cual es el espacio verdadero y cual el ficticio?, ¿la verdad solo es posible desde un punto de vista, y cual es ese punto de vista para poder tener la perspectiva verdadera de las cosas? ¿o es que hay tantas verdades como puntos de vista? y... ¿que hay o que queda oculto en el espacio detrás de esa intervención?.


En definitiva, las obras de Rousse son verdaderamente extraordinarias. Sus anamorfosis trastocan nuestra percepción visual produciendo sorprendentes puzzles, La contemplación de su obra reactiva nuestros sentidos, estimula nuestra visión y provoca tantos interrogantes que pueden acabar con la fiabilidad de nuestra experiencia perceptual.


Como última reflexión, podemos encontrar algunos antecedentes en su obra. Si retrocedemos en la historia del arte y en las teorias de la percepción visual, podemos encontrar en la obra de Rousse un claro referente en el desarrollo del puntillismo, en el que se generaban los colores del espectro a través de unidades mínimas (puntos), que gracias al espacio (distancia) eran agrupados en el ojo del espectador, transformandolos en formas compositivas, y que fue el detonante de lo que posteriormente se desarrollo como el op art, que también podemos relacionar de manera más evidente con su obra. Rousse es claramente un desarrollo contemporaneo en esa concepción de la imagen puntillista, sustituyendo los minúsculos puntos de color por planos gigantes de color, y el ojo del espectador que agrupa esos puntos, por la lente de la cámara que reconstruye los planos.













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